De Olivas i Lustres, tapeo

Una tía me invito a comer a este restaurant de tapas ubicado en pleno Palermo, aprovechando un cupón de descuento

Hace tiempo que tenía ganas de ir, siempre me habían hablado de este restaurant, de comer en platos servidos en azulejos, y de una ambientación nada común.
Reservamos y fuimos, llegamos temprano lo cual nos permitio elegir la mesa.
La ambientacion es apabullante, un mix de distintas cosas de un pasado no tan lejano, muñecos playmovil, discos de vinilo, cajitas de fosforos, monedas, billetes y no se cuantas cosas más, cada pared es un conjunto de cosas, verlas todas imposible.
La mesa que nos toco, comoda, pero quizas un poco chica, las sillas de madera pesada, correrlas es no apto para personas debiluchas.
Se nos explico que seria una degustación de distintos platos del tapeo de la carta (14 platos) acompañado por la bebida que podia ser, 1 botella de agua, 1 de gaseosa, 1 copa de vino o 1 botella de vino malbec chica cada 2 personas, postre y café
Optamos por una botella de vino Finca las Moras y una botella de agua adicional.
Mientras esperabamos el tapeo nos trajeron pancitos, dentro de una maceta, con humus al pimenton, aceitunas con main, y porotos.
Y empezamos el tapeo.

El primer plato, unas papas al pimenton, con alioli, bien, papitas recien hechas bien crocantes.
Luego un flan tibio de choclo con cucharon de escabeche de pescado y cubo de brie con rúcula.
El flan tibio de choclo bien, el cucharon de pescado tambien pero el cubo de brie estaba congelado, no frio congelado directamente.
Se lo informamos a quien nos estaba atendiendo y ni se inmuto, ni una disculpa ni nada, como si no fuese su problema.
Luego trajeron el tercer paso, croquetas de queso roquefort, ñoquis, cuadrados de faina frita y cucharita de salsa putanesca, las croquetas de queso roquefort (calculo que debia ser de queso azul) brillaba por la ausencia de este queso, eran ricas pero como unas croquetas fritas de algun queso fundido, quizas al gusto del queso azul, pero sin mucho gusto de este.
Los ñoquis por lo contrario muy ricos y suaves, lo mismo que que los cuadraditos de fainá, y la cucharada de salsa putanesca, digamos que era una salsa de tomate picantona sin mucho gusto a las anchoas que toda salsa putanesca trae.
Siguiente plato, palitos de carne fritos, croquetitas, vasitos de locro picante y vitel toné. Muy ricos los palitos de carne, con un aire a comida de medio oriente, bien condimentada, las croquetitas también muy ricas, lo mismo que el vitel toné. Los vasitos de locro muy sabrosos, bien picantitos.
Aca se hizo una especie de entreacto, pasaban los minutos y no venia nada más cuando logramos que nos atiendan se dieron cuenta que les faltaba un paso.
y entonces si se vino el último plato, pinchos de langostinos, croquetas de espinaca y pollo con curry, con una presentación teatral, dentro de una fuente profunda venian los 2 pinchos de langostinos, muy sabrosos, dos croquetas de espinacas, bien típicas y dos cubitos de pollo con curry bajo una copa haciendo de campana de cristal, el tema es que cuando lo trajeron venia la copa por un lado y todo lo demas mezclado, con lo cual la chica que lo trajo tuvo que armar en plato en la mesa. Fuera de este contratiempo el pollo era muy sabroso.
Ya nos habían avisado que ese era el ultimo paso y que solo faltaban los postres, de los cuales podíamos optar por un postre para cada uno a elección de la carta, o la degustacion de postres, preferimos uno postre cada uno, mi tía pidio la mousse de chocolate con salsa de roquefort (insisto debe ser de queso azul) y yo por un plato de frutas con salsa de leche condensada.
La mousse venia presentada en dos simpaticos frasquitos, y mi plato de futas era impresionante.
El tema es que nos parecio que la mousse de chocolate con la salsa de queso azul no era mas que una simple mousse de chocolate, cuando preguntamos se dieron cuenta que se habian olvidado de traernos la salsa de queso, y que lo que debiamos hacer era volcar parte de la salsa sobre cada vasito de chocolate y luego mezclar.
La verdad fue un postre que descepciono, no por la mousse que era muy sabrosa sino por la expectativa de la mezcla de queso y dulce ya que la salsa no tenia mucho gusto a queso azul o roquefort como se empecinaba en llamar la persona que nos atendía, y recordando yo el poco gusto de las croquetas llegue a la conclusión o que el queso azul no era muy gustoso, o que era algun queso fundido al gusto de queso azul, tambien poco gustoso.
Luego llego el café y a pedir la cuenta.
Hubo que hacerles acordar que habíamos pedido una copa de vino extra, la cual no habían contabilizado.
Más alla de todo, la comida en general fue buena, con teatrales presentaciones, quizas demasiado teatrales para mi gusto, y con una atencíon del personal regular, bastante habitual en este tipo de lugares, donde muchas veces se cree que un buen servicio se da con ser solamente cordial.
Si me preguntan si volvería a ir, la repuesta es sí, me quede con ganas de probar el tapeo de mar que vi en la carta, y un “asado negro” del cual me habían hablado con anterioridad.

De olivas i lustres: Goritti 3972 (4867-3388)

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