¿Quien fue Rossini en la cocina?

Solo basta con mirar cualquier menú para encontrarnos con, Tournedos a la Rossini, canelones a la Rossini, huevos a la Rossini, pollo a la Rossini, arroz a la Rossini, tallarines a la Rossini, etc, etc, y si ponemos “a la Rossini” en cualquier buscador encontraremos un sinfín de preparaciones más.
Cualquiera pensaría que nos estariamos refiriendo a un gran chef que hubiera dedicado toda su vida a la innovación en la cocina. Pero en realidad estamos hablando es de Gioacchino Rossini (1792- 1868), el gran compositor italiano nacido en la localidad de Pesaro y autor, entre muchas otras óperas, de “El barbero de Sevilla”.
Este talentoso compositor tenía una gran devoción por la cocina y la buena mesa y se llegó a pensar hasta tal punto que en aquellos tiempos que su verdadera pasión no era la música, sino la gastronomía.
A él se le atribuyen frases tan conocidas como:
“El apetito es la batuta que dirige la gran orquesta de nuestras pasiones”, “Comer y amar, cantar y digerir; esos son a decir verdad, los cuatro actos de esa ópera bufa que es la vida y que se desvanece como la espuma de una botella de champagne” o “La trufa es el Mozart de los champiñones”.
Sus contemporáneos decián que Rossini solo lloró dos veces en su vida de adulto: la primera por la muerte de su padre y la segunda cuando se le cayó un pavo trufado por la borda de un barco en el que viajaba.
La historia del tournedos a la Rossini
Quizas uno de los platos más famosos que se le atibuyen a Rossini son los tournedos.
Cuenta la historia que una noche en la que el compositor fue a cenar al restaurante parisino Café Anglais, en el cual era chef principal su gran amigo y admirador Adolfo Dugléré.
Rossini propuso al cocinero que saliera al comedor y que allí mismo, delante de los comensales, improvisara un plato nuevo.
Dugléré respondió que él era una persona tímida y que no estaría a gusto trabajando de ese modo, a lo que Rossini le propuso que trabajara de espaldas al publico siguiendo las indicaciones que el le estaria dando. Y fue así que entre la maestría del chef y las ideas aportadas por el compositor, nacieron los famosos tournedos, que fueron bautizados inmediatamente con su nombre.
A partir de ese momento se multiplicaron las recetas que se asocia al apellido Rossini, muchas de las cuales son son creación directa compositor, otras no tanto.

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