Elecciones, veda y un almuerzo con mamá

Luego de acompañar a votar a mamá y pese a la veda, nos fuimos a comer a un lugar cercano a su casa, la elección corrió por DSC_0903cuenta de ella, La Raya, esa parrilla que años atrás estaba en la calle Ortiz de Ocampo y que tenía esos enormes ventanales circulares, ahora se puso más coqueta, más cheta y está en el petit hotel donde también funciona la sede de Asociación de Propietarios de Caballos de Carrera, en la calle ayacucho, casi libertador, bien pegadito a sottovocce.
Quizás por el día, un domingo, elecciones y demás solo tenía habilitado el primer piso.
Con amplios salones muy luminoso y teniendo todo a nuestra disposición elegimos una mesa al lado de la ventana.
Nos trajeron una panera, clásica, los típicos rulitos de manteca y la carta.
El temor de la prohibición de venta de alcohol por la elección terminó cuando pedimos un San Huberto Bonarda syrah, el vino recomendado, que como siempre cumple y que no hubo objeción.
DSC_0907Miré la carta, todo me gusta, todo quiero, pero desde hace días venía antojado con riñones a la parrilla, y no iba a dejar de pedirlos.
Mamá por otra parte pidió la entraña, “bien jugosa, como que muja”, es siempre como ella la pide y esa frase se ha transformado en un clásico familiar, además que ambos siempre pedimos la carne en ese punto.
Compartimos unas papas fritas y empezamos a disfrutar de ese encanto que tienen la charla de madre e hijo.
Hablamos de todo un poco, me contó que suele ir a comer a ese lugar en días de semana, que tienen un buen menú ejecutivo, y que ya a ido con sus ex compañeras del trabajo, con sus primas con sus nietas. Al final me di cuenta porque la saludaban los mozos, ya es una vieja habitué del lugar.
Mirar la carta nuevamente, ahora para los postres, reirme por dentro con algunos que parecen quedados en el tiempo, y terminar coincidiendo con ella en un Don Pedro.
IMG_20151025_142445El postre que pedía mi abuelo siempre que íbamos a Lo prete, y que le recordé a mamá que quizás es por eso le gusta también a ella.
Un café para terminar y la cuenta.
Cuanto salió?, que importa, lo que salió valió la pena, fue el precio justo para disfrutar un buen almuerzo con mi vieja, un vino, el don pedro y mil historias. Un almuerzo de esos que uno recuerda, o al menos yo que tengo una memoria prodigiosa para esas cosa, esas fechas esas…, si más de uno dirá desde su punto de vista, boludeces.
Salimos a la calle, caminamos tranquilos, disfrutando, como horas atrás cuando nos fuimos a votar

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Discover more from me pica el bagre

Subscribe now to keep reading and get access to the full archive.

Continue Reading